Porque la unión hace la fuerza

•9 de May de 2012 • Leave a Comment

Hace más de un año España vivió el surgimiento de un fenómeno que sentaría las bases de una gran transformación social. De repente la gente parecía haber despertado de su sopor crítico y querer recuperar el poder que la democracia les garantizaba y que una élite económica y política nos había arrebatado. En poco tiempo la conciencia política invadió las redes sociales de internet, convertidas en foros donde se denunciaba la pérdida delos valores democráticos, todo ello alentado por el ejemplo de la Primavera Árabe. La prensa lo bautizó como movimiento indignado, nosotras y nosotros como Movimiento 15-M

Pero nosotras y nosotros no inventamos nada. Somos herederos de las protestas contra la reforma laboral que el PSOE llevó a cabo en 2010, contra la reforma de las pensiones, contra el Plan Bolonia, contra la Ley Sinde, contra el bipartidismo. Movimientos como Jóvenes Sin Futuro, No Les Votes, Ponte en Pie, Juventud en Acción, Anonymous o ADESORG llevaban a las calles las reivindicaciones ciudadanas, pero la desunión les hacía perder repercusión.

Así surgió la idea de luchar unidos y sumar fuerzas, pero antes había que buscar lo que había en común en sus aspiraciones y la respuesta fue la democracia. De este modo se consensuaron los 8 puntos que definirían el consenso de mínimos por el que luchar y se formó la Plataforma de Coordinación de Grupos Pro-movilización Ciudadana representada por el lema “¡Democracia Real Ya!”, que más tarde se convertiría en su nombre y su carta de presentación. Para muchos, la indignación había dado paso al a movilización.

El resto es una historia bien conocida. La manifestación del 15 de mayo, las acampadas que se fueron extendiendo cada vez por más ciudades españolas y el nacimiento del Movimiento 15M como tal. La gente empezó a debatir en las asambleas de las plazas, analizando los problemas que afectan a esta sociedad y buscando la vía para resolverlos, creciendo a nivel social y personal, ganando conciencia democrática, abriendo los ojos ante la evidencia de que cada ciudadano tiene algo que decir y merece ser escuchado. Cerca de un mes después las acampadas fueron desmanteladas, pero no el movimiento ni la conciencia democrática. Las asambleas se llevaron a los barrios y pueblos mientras cada vez más ciudadanos de todo el mundo, bajo el nombre de movimiento Occupy, seguían el ejemplo de lo que la prensa internacional llamó Spanish Revolution. Las acampadas proliferaron por toda Europa y más allá, en Estados Unidos, México, Argelia, Japón, Israel, Canadá, Australia… Y así, el 15 de octubre, el mundo vivió un hecho histórico. Por primera vez países de los cinco continentes se unían en una gran manifestación global por un fin común: exigíamos democracia.

Ha pasado más de un año desde que todo esto empezó, casi un año desde que el germen de la democracia directa invadió las calles y no hemos convertido el mundo en un lugar mejor, pero la semilla está plantada y ha de germinar. Es una semilla que sólo puede florecer de la base de la sociedad y con la participación por igual de todas y cada una de las piezas que la conformamos: en primer lugar las personas como elementos esenciales, pero también, puesto que somos seres sociales, es imprescindible contar con los distintos colectivos sociales en los que se integran, participan y construyen cada una de las personas de nuestra sociedad.

La presencia del resto de movimientos, asociaciones, colectivos y agrupaciones de toda índole es imprescindible puesto que sólo se alcanzaran los objetivos comunes si nadie queda fuera. Debemos sumar fuerzas, compromisos e ilusiones para la gran tarea que tenemos por delante. Por eso estamos hoy aquí, porque si la unión de un puñado de colectivos tuvo en su día tanto poder, el esfuerzo conjunto de todos será imparable, porque, ahora más que nunca, debemos coordinarnos, unir fuerzas otra vez y para siempre, dejando a un lado los intereses particulares, colores y liderazgos, invadir las calles como una gran masa ciudadana y convertirlas en un gran altavoz para llevar nuestra voz a los poderosos, allá donde estén y recordarles que la unión de todo el Pueblo tiene más poder del que ellos podrían soñar y que estamos aquí para ejercerlo, para tomar las riendas de nuestro futuro, para demostrar que, sin nuestro consentimiento, nunca más podrán gobernar a nuestras espaldas. Porque el 1% tiene el gobierno, pero el 99% tiene el poder y el derecho y responsabilidad de ejercerlo.

¿Es el 15-M un movimiento burgués?

•3 de May de 2012 • Leave a Comment

Veo constantemente en los foros de internet cómo, algunas personas, de ideología generalmente marxista-leninista, han hecho los deberes y han aprendido algo de historia. Por lo menos la necesaria para conocer el año de la toma de la Bastilla y que fue durante la Revolución Francesa cuando se impuso el término ‘ciudadanos’ como forma de autodenominarse los partidarios de la revolución, usando esto como argumento para acusarnos de escudarnos en términos supuestamente obsoletos para así evitar un discurso más progresista que abogue por una auténtica revolución social. Hablo de esas personas que critican al Movimiento 15-M por proclamarse un movimiento ciudadano y no un movimiento proletario y obrero.

Lo que no sé si esas personas sabrán es que términos como burguesía, tan esgrimidos por Marx, son muy anteriores a esa fecha, concretamente de la Baja Edad Media. Precisamente durante la Revolución Francesa, el término ciudadano surgió para referirse al conjunto de la sociedad, como símbolo de la abolición de la lucha de clases. A semejanza de la antigua Grecia, ser ciudadano comenzó a significar ser un miembro de pleno derecho de la sociedad, igual en derechos y obligaciones a todos los demás, aunque los revolucionarios fueron más allá, negando la posibilidad de que esta consideración pudiese tener excepciones, aboliéndose así la esclavitud. Ser ciudadano era ser parte de una clase social única a la cual aspiraban los revolucionarios.

Es por esto por lo que en el movimiento 15-M nos sentimos orgullosos de llamarnos ciudadanos, porque nuestro fin no es la lucha de clases, pero tampoco una sociedad interclasista, sino la abolición de clases y privilegios: una sociedad formada por ciudadanos realmente iguales ante la ley.

Dice el diccionario de la Real Academia Española en la tercera acepción de la entrada “ciudadano”:

3. m. Habitante de las ciudades antiguas o de Estados modernos como sujeto de derechos políticos y que interviene, ejercitándolos, en el gobierno del país.

Esta es la definición de ciudadano que el 15M lleva como bandera. Reivindicamos el derecho de cada ciudadano a intervenir en el gobierno de su país, algo indiscutiblemente inherente a la verdadera democracia.

Habrá quien se pregunte qué pasa con los derechos de los extranjeros. El Movimiento 15-M desarrolló pronto una vocación global, una aspiración de llevar la lucha más allá de las fronteras de España y cuando otros países fueron siguiendo el ejemplo de la Spanish Revolution, esas aspiraciones comenzaron a concretarse en la aparición de nodos de Democracia Real Ya en diversos países y más tarde en el movimiento Ocuppy, nombre que adoptó el 15-M más allá de nuestras fronteras. Así se desarrolló la conciencia cosmopolita del movimiento cuyos miembros seguimos orgullosos de identificarnos como ciudadanos, pero ciudadanos del mundo, unidos por la lucha por los derechos humanos y la democracia directa en cualquier lugar al que el movimiento fuese capaz de llegar.

Además, la cuarta acepción de ciudadano que da la Real Academia Española es:

4. m. hombre bueno.

Y si buscamos “hombre bueno” en el diccionario leemos:

~ bueno.
1. m. Der. El mediador en los actos de conciliación.
2. m. desus. El que pertenecía al estado llano.

Es decir, que un ciudadano también es un miembro del estado llano, una persona sin privilegios, igual a las demás y al identificarnos con esta idea, queda invalidado el absurdo prejuicio de que somos un movimiento interclasista o incluso burgués.

Yo me pregunto… ¿Hay algo de malo en llevar por bandera la igualdad, la supresión de los privilegios, la abolición de las clases sociales en pro de la aspiración a la igualdad de todas las personas?

El gobierno del miedo

•27 de April de 2012 • Leave a Comment

No sé si son cosas mías, pero tengo la impresión de que desde que tengo uso de razón el panorama político no había estado tan caliente ni el Pueblo tan cabreado. Parecía imposible superar el grado de indignación que nos llevó a muchos a echarnos a la calle el 15 de marzo de 2011, pero 5 meses de gobierno del PP han logrado lo impensable y ahora las cosas parecen estar aún peor.

Rajoy no prometía hacer mucho por mantener el panorama social en calma cuando, inmediatamente después de tomar posesión de su cargo, decidió incumplir su promesa de no subir impuestos con un repentino aumento del IRPF. Un aumento que no se dignó a explicar hasta un mes después, seguramente para que le diese tiempo a madurar alguna maravillosa excusa. Después de eso vinieron los inmisericordes recortes en educación, sanidad, en investigación, precio del despido y dignidad. Y ahora, incumpliendo otra de sus promesas, nos vuelven a subir el IVA, algo que, cuando Zapatero hizo lo propio, Rajoy tildó de “sablazo de mal gobernante”. No es difícil darse cuenta de que Estamos presenciando el mayor varapalo al estado del bienestar desde que en España aprendimos este concepto además del mayor desplante de cinismo e hipocresía que un gobierno serio puede realizar.

Pero eso no es todo. Al retroceso de estos derechos hay que añadir el de muchos otros. Vivimos un intento por parte del Estado de instaurar un gobierno del miedo. Miedo al despido para incentivar el esfuerzo según la argumentación de la reforma laboral, miedo al sistema para garantizar la calma (que no paz) ciudadana en palabras de Felip Puig. Se criminalizan las protestas, la resistencia pasiva se equipara al terrorismo, las manifestaciones son tildadas de Kale Borroka por Esperanza Aguirre … Este gobierno sabe que sólo causando miedo puede evitar que la gente se rebele y no escatima esfuerzos en aplicarlo… Porque nuestros gobernantes también nos temen.

¿Por qué si no se empeñan en reprimir la libertad de expresión? ¿Por qué, si no es por miedo, pretenden obstaculizar nuestro derecho constitucional a manifestarnos? ¿Por qué, si no nos temen, falsean las cifras de asistencia a las manifestaciones, llegando a obligar a aterrizar al helicóptero que grababa la riada de gente que fluía por Madrid secundando la huelga general del 29M? ¿Por qué en Valencia mandaron a los antidisturbios a golpear a adolescentes pacíficos y desarmados que protestaban por no tener calefacción en su instituto? Definitivamente nos temen y quieren que los temamos.

Quizás esté exagerando si digo que nuestro barbudo presidente del gobierno y su panda de compinches están siguiendo una estrategia hitleriana, pero veo ciertas correlaciones difíciles de obviar. No es sólo la negativa de Rajoy a explicar el porqué de sus medidas, no es sólo que se obceque en controlar los medios de comunicación porque “no dan la imagen que el gobierno quiere”, no es por su desprecio hacia la soberanía popular y derechos tan básicos como la libertad de expresión la vivienda o incluso la salud y la vida (considerando como servicios sanitarios que habrá que pagar desde las prótesis a las diálisis de las que depende la vida de muchos enfermos renales). De verdad, puede que sea una tontería, pero la utilización de los funcionarios y como cabeza de turco a quien culpar de una crisis económica mundial y a quien hacer pagar por ella me recuerda a las acusaciones volcadas sobre el pueblo judío en los años 30. Y eso no es todo. El empeño de descalificar y sembrar el rechazo sobre los sindicatos también me resulta un anacronismo familia, pero ha sido un hecho concreto el que más me alarma. El ministerio del interior pretende incluir en su próxima reforma del código penal la posibilidad de imputar por lo penal a partidos, sindicatos o asociaciones que convoquen manifestaciones en las que se produzcan actos violentos, sin importar que estos actos no hayan sido fomentados por la entidad convocante. Además, en los casos más graves, las penas supondrían la disolución de dicha entidad. Como decía, igual exagero pero, en un país con una ley de partidos que permite ilegalizar a aquellos partidos a los que se acuse de colaboración con grupos terroristas y en el marco de una reforma del código penal que incluirá la consideración de la resistencia pasiva como un atentado contra la autoridad, esto podría dejar la puerta abierta a la ilegalización de aquellos partidos o sindicatos que incomoden al gobierno. Exactamente lo mismo que hizo Hitler antes de proclamarse Fhürer y proclamar al Partido Nacionalsocialista como el único legal.

La soberbia de un rey

•14 de April de 2012 • 1 Comment

No resulto nada original si digo que ser humano adolece de un enfermizo complejo de superioridad que le hace olvidar que la naturaleza llegó primero, que es un recién llegado entre el resto de los animales. Llamamos artificial a lo que hace el ser humano y natural a lo que haga cualquier otro animal y así nos autoconvencemos de la absurda idea de que seres humanos y animales somos cosas distintas. Hemos desarrollado la inteligencia al mismo ritmo que hemos perdido nuestra capacidad de sobrevivir por nuestros propios medios, nos hemos apoyado en la tecnología y la fuerza de las armas que fabricamos y, en vez de ser conscientes de que se trata de una evidencia de nuestra debilidad, nos consideramos semidioses por ello.

Pero eso no es todo. La soberbia del ser humano aún puede ir más lejos. Demos a un hombre una corona, además de armas y lo habremos emborrachado de unas ansias de poder que sólo pueden saciarse matando a quien la ley se lo permite. Antiguamente, cuando los reyes aún tomaban parte activa en las guerras, solían recurrir a la caza como medio para demostrar su valor cuando no había ningún enemigo al que combatir o cuando, simplemente el monarca de turno no tenía valor para la batalla. Es una historia que se ha repetido una y otra vez en el devenir de la humanidad. Los gobernantes siempre han usado la caza para suplir la falta de enemigos que conquistar y guerras que les proporcionasen una supuesta grandeza.

Así que lo que aquí tenemos es un reyezuelo a la vieja usanza, un monarca deseando alardear de su valentía y excelencia acribillando para ello a un animal al que todo el mundo atribuye la grandeza que el parece desear para si mismo. Es más que una afición, más que una muestra de poder, es una revancha contra un enemigo simbólico, un competidor por la magnificencia, un tributo supremo a su suprema envidia.

A menudo pienso que sería interesante realizar un profundo estudio psicológico de la personalidad de este hombre que tanto amor parece tener a las armas. Un amor supremo que empezó a demostrar públicamente cazando grandes animales africanos allá por 1962, pero que ya se anunciaba cuando, de chaval, su atracción por los instrumentos de muerte provocó un accidente que se saldó con el homicidio imprudente de su hermano. ¿Cómo es posible que alguien que ha causado la muerte de su propio hermano no abomine del instrumento diseñado para matar que hizo tan eficaz trabajo aquel día? La frialdad de ciertas personas imbuidas de amor por si mismos y deseos de grandeza nunca dejará de preocuparme.

Por mi parte, hoy más que nunca, me niego a aceptar los privilegios de un individuo que con sus actos muestra una desmesurada ansia de poder y una infinita frialdad. Por eso, en este 14 de abril me despido con mis mejores deseos para tod@s. ¡Salud y REPÚBLICA!

De camino al #12m12, unidos por un #CambioGlobal

•7 de April de 2012 • Leave a Comment

Estamos a 7 de abril y faltan exactamente 35 días para la fecha más esperada por mí en los últimos meses, el 12m12. El próximo 12 de mayo el mundo entero está convocado por segunda vez en la historia a manifestarse por un cambio global, a unirse en una sola voz y una única aunque necesariamente fragmentada manifestación que exigirá el reconocimiento del poder de los Pueblos frente a la reducida élite que los gobierna. Y todo esto, ¿para qué?

¿Acaso sirvieron de algo la manifestación del 15-M y su Spanish Revolution, llena de acampadas y consignas en pro de la democracia? ¿Llevó a algún cambio la manifestación global del 15-O? ¿No es cierto que el mundo sigue igual? ¿Qué los poderosos siguen siendo ese 1% que controla a un 99% sin más posibilidades que doblegarse ante sus órdenes? ¿No es verdad que los bancos continúan cobrando rescates milmillonarios de los gobiernos que les rinden pleitesía para que sigan concediéndoles unos créditos con intereses abusivos? ¿No son aún de opcional cumplimiento las promesas que los políticos lanzan para procurarse nuestros votos? ¿No seguimos sin herramientas para intervenir como ciudadanos de pleno derecho en el devenir del gobierno de nuestro propio país? ¿No seguimos eligiendo cada 4 años a un dictador con potestad para desoír nuestras peticiones hasta la siguiente campaña electoral? ¿No continúa secuestrada la soberanía del Pueblo en la prácticamente todas las supuestas democracias del mundo?

¿Y el 15-M? ¿No está disgregado? ¿No están muchas asambleas contaminadas por banderas y símbolos partidistas y ajenos al manifiesto que esas mismas asambleas dicen defender? ¿No se han convertido esas asambleas en pequeños grupúsculos formados por personas homogéneas en imagen, edad y pensamiento, sombra de las multitudes plurales que un día llenaron las plazas?

No nos engañemos, todo esto es verdad, pero a la pregunta de si aquellas convocatorias sirvieron de algo, yo digo rotundamente que sí. Podría limitarme a recordar los programas políticos de casi todos los partidos que concurrieron en las pasadas elecciones generales del 20 de noviembre y ya habría invalidado el argumento de que nada ha cambiado, pero eso no es todo. En todo este tiempo hemos presenciado como la dación en pago se debatía por primera vez en el congreso y cómo hasta el Partido Popular daba un tímido paso hacia su normalización, hemos contemplado como cada vez más desahucios eran parados gracias a la estrecha unión del Movimiento 15-M y las Plataformas de Afectados por la Hipoteca, las conversaciones en las calles y ascensores han derivado cada vez más de versar sobre el tiempo a la política y las manifestaciones se han vuelto más multitudinarias. Además en el seno de asambleas como las de la Plaza del Sol en Madrid o Barcelona han ido naciendo publicaciones gratuitas e independientes que llevan a la gente aquella información que otros medios tergiversan si no callan. Se han conseguido y aún en muchos casos se mantienen, espacios periódicos en ciertos medios de comunicación (generalmente locales) reservados a dar voz al 15-M.

Y eso es sólo en España. El movimiento 15-M, reconvertido en el 15-O se ha ido extendiendo como un virus por el mundo, con acampadas en pleno Wall Street, Londres, diversas ciudades de México, París o incluso Argel, recordando a la gente que público significa perteneciente al Pueblo. Por primera vez y a pesar de la disgregación de las diferentes asambleas, una conciencia de unión por una causa global va calando en la población, llevando el debate a las calles, influenciando en programas políticos, creando cooperativas de vivienda independientes u no hipotecadas, fomentando la moneda social, y sobre todo propagando la noticia de que, en democracia, el poder pertenece al Pueblo y que si nosotr@s los elegimos y pagamos los salarios de los gobernantes, a es a nosotr@s a quien deben obedecer.

En realidad no hemos hecho más que empezar. Nuestro más importante trabajo es mantener el debate, hacer pedagogía, llevar a la gente la información que desde otros sectores se obvia o censura, denunciar una y otra vez el pisoteo de la soberanía popular, animar a la gente a moverse, apoyar a quien quiera hacerlo, seguir parando desahucios y transmitir el mensaje de que hay alternativas a este sistema corrupto y criminal y que depende de nosotr@s que se pongan en práctica.
Por todo esto, el #12M12 me echaré a las calles de mi ciudad tras una pancarta y uniéndome al resto de los manifestantes del mundo para decir que somos el 99% y no tenemos miedo. ¡Toma la calle por un cambio global!

La conspiración del mono

•2 de April de 2012 • Leave a Comment

Hace unos cuantos años asistí a un congreso sobre la espina bífida celebrado en Málaga. Dos o tres días de ponencias que, para mí, tuvieron su momento más interesante en la intervención de una científica del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC): Almudena Ramón. Durante aquella ponencia Ramón explicó los avances que había obtenido en la investigación de una nueva terapia para las lesiones medulares (a día de hoy incurables) que podría hacer que personas parapléjicas volviesen a andar. Se trataba de implantar células madre procedentes del propio paciente, algo que ya había dado resultado en ratas y que había pasado a probar en un mono con la médula espinal seccionada.

El problema vino cuando, una vez que el simio había comenzado a mostrar síntomas de recuperación y antes de que hubiera tiempo de saber si volvería a caminar, sus superiores, argumentando que el mono estaba sufriendo, ordenaron matar al animal, obligaron a la científica a abandonar su laboratorio y le impidieron siquiera recoger sus anotaciones, con lo que el experimento acabó de un modo dramático antes de saber si la doctora había dado con la solución a las lesiones medulares.

Pues bien, casi cinco años han pasado desde entonces y hoy los periódicos volvían a hablar de Almudena Ramón y su investigación sobre las lesiones medulares. “Alerta entre los científicos por una colecta para curar a parapléjicos”, decía un titular, “La terapia, que falló en monos, la ha diseñado una investigadora del CSIC”, continuaba el texto y luego seguía hablando de detalles como los 700.000 euros que la científica pretende recaudar mediante donaciones particulares para llevar a cabo el salto a las pruebas en humanos. Advierte también la noticia que, según el director de un instituto dependiente del CSIC, buscar financiación entre los pacientes o crear asociaciones para tal fin son prácticas poco éticas.

Yo no soy juez ni parte en este asunto, pero tengo mis dudas respecto a las acusaciones vertidas hacia esta mujer, máxime cuando la propia noticia reconoce el hecho de que el mono con el que se experimentó hace ya 6 años, fue sacrificado cuando dio las primeras muestras de mejora, lo que invalida la versión de que el experimento falló. Todo el que esté medianamente bien informado conoce el poder que poseen los grandes laboratorios farmacéuticos y otros sectores relacionados, como es la industria ortopédica y conoce su participación en el patrocinio las investigaciones con fines médicos, incluidas aquellas realizadas por organismos públicos. John le Carré plasmó muy bien el alcance que tiene este tremendo poder en su novela El jardinero fiel.

¿No será que a los citados sectores no les conviene la curación de personas que consumen grandes cantidades de material sanitario, medicinas y ayudas técnicas y que además son el objeto de una investigación que mantiene, a base de becas, a científicos de todo el mundo? Quizás penséis que no es más que otra teoría conspiranoica surgida de la lectura de demasiadas novelas de John le Carré, pero yo, amig@s lector@s, tengo mis dudas.

De murales, cuadros, poemas, propaganda y vergüenzas del PP

•25 de March de 2012 • Leave a Comment

Una vez más el Partido Populista, digo Popular, ha dejado su impronta en una declaración de intenciones inconfesa pero elocuente. Se trata de una de esas noticias que pasan desapercibidas más allá de los límites del municipio donde ocurren y que no parecen tener ninguna transcendencia en nuestras vidas, una noticia que nadie se extrañaría de que la hubiese pasado por alto y no me hubiese molestado en escribir una sola línea sobre ella. Pero a veces la verdad se evidencia en los detalles.

Hace 9 años, en pleno fervor de las manifestaciones populares contra la Guerra de Irak, los alumnos de un centro juvenil de Jerez de la Frontera mostraron su espíritu pacifista pintando un mural que incluía una copia La Guerra de Corea, de Pablo Ruíz Picasso y el poema Tristes guerras, de Miguel Hernández.

Todos recordamos el desprecio que el gobierno del Partido Popular mostró hacia un Pueblo que se echó a la calle para manifestar su enormemente mayoritaria repulsa hacia aquella guerra de invasión en la que Aznar nos sumió saltándose toda la legalidad vigente. Han pasado 9 años, han quedado atrás otras tragedias más cercanas que, pese a lo que algunos quieren hacer creer, han sido consecuencia de la participación en España en esa guerra y que aun hacen mella en quienes sufrieron por ellas las muertes de sus seres queridos y aquel partido criminal que nos gobernaba y vuelve a gobernar, muestra una vez más su repulsa hacia el sentir (este sí) popular, ultrajando y destruyendo aquel mural que fue el único medio que un grupo de niños tuvo para dar transcendencia a su voz, sustituyendo las palabras del poeta por los carteles pidiendo el voto para Javier Arenas. Ahora pasarán las elecciones, los carteles se deteriorarán y cuando alguien se decida a arrancarlos, la pintura del mural se resquebrajará, desprendiéndose junto a los jirones de esa vergüenza de la política de este país.

Lo que me gustaría saber es por qué. Quizás se trate sólo de una estrategia para evitar que la gente recuerde y tenga en cuenta el delito cometido por su partido hace casi una década, pero yo no puedo más que ver una manifestación sincera del alma de dicho partido. De todos modos, ¿quién se puede sorprender del belicismo de los populares cuando nos han impuesto como ministro de defensa a un criminal (eso sí, legal), llamado Pedro Morenés, que hasta no hace mucho, se lucraba con la fabricación y distribución por los países en conflicto de las bombas de racimo que luego amputaban, abrasaban y mataban a hombres y mujeres, niñas y niños, ancianos y ancianas para mayor gloria de las ansias de muerte y poder de los gobernantes que le proporcionaron su fortuna?

Esquizofrenia política

•18 de March de 2012 • Leave a Comment

Dice la Real Academia que la palabra esquizofrenia deriva del griego y que, etimológicamente, deriva del griego σχίζειν, escindir, y φρήν, inteligencia. Es decir, que sería algo así como “inteligencia o mente dividida”. Pues bien, a mí no deja de resultarme alarmante el incesante aumento de la esquizofrenia política entre las filas de nuestros peperos gobernantes, es decir, lo dividida que parece encontrarse su mente. Es algo así como si sus cerebros albergasen los espíritus del Dr. Jekyll y Mr. Hyde o el pequeño demonio y el angelito que todos hemos visto rondar las cabezas de algunos personajes de los dibujos animados clásicos de nuestra infancia.
Dice el Sr. Rajoy, coreado por Soraya Sáenz de Santa María, que su partido no es partidario de implantar el mal llamado copago. A priori debería parecerme una buena noticia pero yo, con mis habituales buenas intenciones, empiezo a sentirme sinceramente preocupado por la salud mental de esta buena gente.
¿Qué ha pasado con el apoyo que Rajoy y los suyos dieron al repago/copago en Cataluña? ¿Fue su parte de Mr. Hyde/diablillo la que tomó la iniciativa a la hora de dar su beneplácito a las medidas de Artur Más? ¿O deberíamos pensar que, en un homenaje al tópico “donde dije digo digo diego” piensa olvidarse de tan contradictoria aseveración una vez que las elecciones andaluzas hayan quedado atrás? No seré yo quien acuse de cosas tan feas a tan respetables personalidades, poseedores de la mayoría absoluta en las cámaras por obra y gracia de nuestro sistema electoral.
¿Qué ya han incumplido sus promesas? ¿Qué Rajoy nos subió los impuestos al día siguiente de llegar al gobierno a pesar de que en su campaña electoral había prometido que no lo haría? ¿Qué Nos ha endilgado un encarecimiento del despido a pesar de que tanto él como la buena de Soraya habían dicho que no sería bueno para la economía ni para el empleo? Bueno, ya sabemos que Zapatero no les dejó otra opción tal y como les dejó el país- ¿Qué el país ya estaba así cuando ellos hicieron sus promesas? Bueno, bueno… No nos desviemos del tema.

Sobre la huelga general

•11 de March de 2012 • Leave a Comment

No creo que, a estas alturas, sea algo nuevo para nadie que el próximo 29 de marzo hay huelga general, la más rápida en llegar de la historia de la pseudo-democracia española (convocada dos meses y medio tras la llegada del actual gobierno) y probáblemente la más polémica. Jamás una convocatoria de huelga general en este país había recibido críticas desde tantos frentes: muchos trabajadores se quejan de que no se haya hecho antes; otros, estando de acuerdo con sus motivaciones critican a los convocantes, llegando a oírse exclamaciones del tipo de “no les voy a hacer el juego a los sindicatos”; desde los primeros sindicatos en convocarla (CGT y CNT) se critica que los mayoritarios (UGT Y CC.OO.) no hayan llamado a la huelga cuando lo hicieron ellos y (aquí viene el chiste) el gobierno y su prensa cómplice dicen cosas como que no es el momento o que es una huelga antidemocrática. Y luego está Rajoy, que tras la convocatoria, no sólo se ha hecho el sueco evitando hacer referencias en su mitin malagueño, sino que a aprovechado para hacer un desprecio velado a los sindicatos diciendo que “no estamos para pensar en grupos ni organizaciones”.

Ignoro si el Sr. Rajoy tiene conocimientos de política y especialmente si alguna vez habrá ojeado la Constitución Española pero, de ser así, sabrá (o debería saber) que los sindicatos tienen la función de representar a los trabajadores, siendo los únicos con potestad legal para convocar a la huelga. No es que me parezca bien que un presidente de Gobierno muestre tal desdén hacia un “grupo” u “organización”, pero creo que debería darse cuenta de que, despreciando a los sindicatos, desprecia a los trabajadores a los que representan y eso es intolerable.

De todos modos, el complejo de superioridad del Partido Popular ya hacía tiempo que había alcanzado propias del ocupante del diván de cualquier psicoanalista, olvidando una y otra vez que es el representante electo de los españoles y que por lo tanto su obligación es actuar de acuerdo con nuestra voluntad. Claro, que ellos se escudan en que han sido elegidos por la mayoría absoluta de los ciudadanos en unas elecciones democráticas. Lástima que esto sea mentira.

Bastaría recordar que sólo el 44% de los votos fuesen al Partido Popular y que, teniendo en cuenta los votos blancos y nulos, así como la abstención, esto sólo representa el 31% del electorado, con lo que el Sr. Rajoy sólo estaría representando la voluntad de algo menos de la tercera parte de los españoles.

Ahora bien, sigamos haciendo historia. Cuando aún se encontraba haciendo campaña como candidato del principal partido de la oposición, Nuestro flamente y aún nuevo presidente hizo, coreado por los que ahora ocupan los puestos más relevantes en el Gobierno, algunas promesas que no se ha dignado en cumplir. Prometió cosas como no subir los impuestos (promesa que incumplió sólo 24 horas después de tomar posesión de su cargo), pero también otra de más actualidad: no abaratar el despido.

 Dicho esto queda demostrado que el Partido Popular y su caudillo Mariano Rajoy en particular han faltado a su compromiso con esa minoría de españoles que lo han votado, despojándose de la poca legitimidad con la que habían empezado a gobernar a unos ciudadanos a los que ahora ningunean mofándose de los sindicatos que representan a los españoles y negando legitimidad a una huelga que es el único recurso que los españoles tenemos a nuestra disposición para influír en el curso de los cuatro años de dictadura entre elecciones y elecciones.

“…hay que decirles que qué poco quieren a su país y a los trabajadores españoles”decía hace nada Maria Dolores de Cospedal a propósito de los que apoyamos una huelga que, según ella “será mala para España y los trabajadores” y el diario La Vanguardia le daba la razón ayer mismo anunciando “una huelga contra España”. Supongo que, al estilo de tantos otros dictadores más honestos por confesos, Rajoy considera que el país que gobierna y él mismo son la misma cosa, que es algo así como el alma máter de la nación y me da en la nariz que, tras comprobar, aún estando aún en la oposición, lo fácil que puede ser una reforma constitucional si se goza de la mayoría de escaños adecuada, intente erigirse a si mismo como dictator perpetuus, a semejanza del bueno de Julio César.

¿Sabrá también el señor Rajoy lo mal que acabó aquel romano en el que parece inspirarse? Yo, por si acaso, intentaría hacerle desistir de su idea mostrándole cuál es el camino que la mayoría de los ciudadanos consideramos que debe tomar. Podríamos escribirle una carta cada uno, pero eso sería una fortuna en sellos si pensamos en términos globales y además sería muy fácil poner la excusa de que estos funcionarios de Correos la han perdido, con lo que le daríamos pie a utilizarlos como cabeza de turco al más puro estilo PePero.

Vayamos pues, el próxcimo 29 de marzo, a una huelga que, convoque quien convoque, no es una huelga de los sindicatos ni de slos indicalistas, sino una huelga de trabajadores, una huelga para enfrentarnos a una tropelía que atenta contra los derechos de cada trabajador por cuenta ajena de este país.

Escribió el poeta indio Rabindranath Tagore que “La patria no es la tierra. Sin embargo, los hombres que la tierra nutre son la patria” y asi lo creo yo. Por tanto, considero que luchar por los derechos de nuestros conciudadanos es luchar por nuestra patria, porque nuestra patria son ellos, son nuestros hermanos, padres, hijos, amigos, vecinos. y tal vez algún día seamos nosotros mismos los perjudicados por esta reforma que no es más que una agresión del gobierno hacia su propio pueblo, hacia su patria.

Porque la soberanía pertenece al pueblo, porque debemos luchar por recuperarla y ejercerla… ¡Viva el Pueblo Rey!

¿Civismo o represión?

•9 de March de 2012 • Leave a Comment

Probáblemente no haya partido, por muy cohesionado que esté, en el que no se produzcan desencuentros, a mayor o menor escala, críticas cruzadas y enfrentamentos abiertos entre militantes y precisamente ahora asistimos a una de estos conflictos dentro del partido que nos gobierna.

Se trata de una diferencia de opiniones entre el alcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva y La delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes. El desacuerdo parte de una polémica medida que forma parte de la Ordenanza Municipal de Protección de Convivencia Ciudadana que acaba de ser aprobada por el Ayuntamento pucelano: la mendicidad será penada con multas que podrán ir de los 750 euros hasta los 1.500, una medida tan elitista e insolidaria que, incluso dentro de un partido al que estas dos palabras le sientan como un guante, ha generado rechazo.

Ahora bien, a pesar de que si buscamos noticias sobre esta normativa en los medios de comunicación, no haremos más que leer acerca de las multas por mendigar (que no serán cobradas porque se impondrán a gente insolvente) o por andar ligeros de ropa, hay otros puntos en dicha normativa que, personalmente, me preocupan aún más: restricciones al uso de métodos de difusión de ideas como depliegue de pancartas o carteles, así como repato de folletos u octavillas y trabas al derecho de reunión, siendo susceptible de multa la reuniones de grupos en la vía pública sin comunicación a las autoridades.

Pero no pensemos que este es un caso aislado. El ayuntamiento de Palma de Mallorca ha aprobado otra ordenanza que supone un atentado aún mayor contra las libertades ciudadanas. Entre otras medidas, esta ordenanza contempla multas a quien realice recogidas de firmas, encuestas, o cualquier medio de publicidad o propaganda en la vía pública que requiera llamar la atención de los peatones, así como juegos, aglomeraciones y cualquier actividad que obstaculicen la vía pública, con lo que quedan prohibidas las asambleas a pie de calle.

Ahora bien, yo me pregunto si de verdad habrá mucha gente que piense que la única intención de los ayuntamientos de estas ciudades es promover el civismo y la convivencia en las calles. Últimamente hemos visto cómo las autoridades se sienten intimidadas ante la respuesta ciudadana a las tropelías de las administraciones públicas, hasta tal punto que han recurrido a usar al a policía para agredir a los manifestantes pacíficos sin distinguir entre menores y adultos. ¿No será más bien este temor el que está impulsando a algunos ayuntamientos del Partido Popular a legislar recortes también en la libertad de expresión y el derecho de reunión?

Yo creo que esta es la verdad oculta tras esas llamadas al civismo y ello me hace ver que, después de todo, la ciudadanía aún puede ocupar su lugar y llevar la voz cantante en el futuro de este país. Sólo necesitamos darnos cuenta de la fuerza que nos ofrece el número y la legitimidad que nos da el sabernos soberanos de este país, de acuerdo con nuestra, en otros aspectos nada democrática, Constitución.